jueves, 18 de marzo de 2010

Valor de dioses. Episodio I: Fortaleza. Episodio I.IV: Expiación

Hola a todos, este es el final del episodio de Valor de Dioses. Pero va haber mas XD. Por ahora me quedo satisfecho con terminar este episodio y me da mucha emocion escribir el que sigue, queda mucho camino por recorrer para este muchacho y tendra muchas aventuras con sus amigos, para aprender experiencias que ni el propio personaje se imagina. Bueno, disfruten el final del episodio y seguire escribiendo. Muchas gracias a todo los que estan leyendo esta novela y a los que me estan apoyando.

Fabhian

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Capítulo I-IV: Expiación.

Llego el amanecer, Kaito se levanto, se cepillo los dientes y se ducho. Todo parecía normal, el era un chico normal, estaba en una casa normal, se preparo su desayuno como siempre, se preparo para ir a clases, y salió de la casa. Se vio rodeado de casas y a lo lejos divisaba murallas, es cierto, su vida dejo de ser normal desde el día anterior cuando entro a la academia y cuando descubrió que tenía poderes. Camino unas cuadras, cuando se encontró con Haruka cargando a Haru en su espalda, estaba dormida. Kaito la mira y le pregunta:

- ¿Por qué llevas a Haru en la espalda, y más encima durmiendo?

- Porque está dormida y no puede llegar tarde a clases. - le responde la chica.

- Ya veo - miraba a las dos. Ellos seguían caminando hacia la academia hasta que solo a unos metros ven a Sire.

- Hola chicos - saludo feliz la hija de Poseidón y término preguntando asombrada. - ¿Kaito, por qué tienes moretones? - este le iba a responder pero fue interrumpido por Haru.

- Se peleo con alguien - dijo bostezando.

- Espera, ¿cómo sabes eso? - pregunto el Hijo de Chronos asombrado.

- No preguntes, es parte de ella. - respondió Haruka.

De repente, Dion pasa a al lado de Kaito, meditabundo, no saludo a los chicos ni siquiera los miro, en su mente estaba ese incidente, anoche. ¿Qué había pasado que se veía tan indefenso? Y el… ¿Cómo es que él no le tenía miedo o lo despreciaba sabiendo lo que había hecho su padre? Es más, lo defendió de maleantes que quería su dinero, no lo entendía.

Haru se sentía extraña, tenía un mal presentimiento, sentía que algo malo pasaría, estaba inquieta:

- Haruka, vamos rápido, algo malo se acerca. - dijo preocupada.

- ¿Tu profesora? - pregunto Haruka, aunque parecía saber de qué se trataba.

- Si, y al parecer me va a regañar. Haru tenía como profesora a su hermana, y la convivencia era algo mala, se discutían en clases, tanto así que los de la otra clase lo oían todo.

Ya en clases, Kaito una vez mas estaba distraído, repasaba la escena una y otra vez, en esa noche en que le ofreció ser su amigo, le dio la espalda. Keiichi se dio cuenta de que estaba distraído y le regaño:

- ¿Kaito, que es lo que haces?

- Dibujo a los personajes de Umineko no Naku Koro ni, me quedo bien, ¿no? - dijo orgulloso. Era un dibujo del joven Battler Ushiromiya y a su lado de espaldas estaba la hermosa Bruja Dorada, Beatrice, ambos de la serie de Umineko no Naku Koro ni.

El dibujo estaba muy buen hecho, con todos los detalles de los personajes, hasta la firma del dibujante del anime lo había copiado.

- ¿Estas dibujando? - pregunto Haruka.

- Si, ¿por? - respondió el muchacho.

- ¿Qué dijo el profesor?

- ¿Me ves con cara de que sepa algo? - puso cara de idiota.

- ¡Incendio! - pronuncio un hechizo para quemar el dibujo con llamas azules. - Estaba hablando sobre los hechizos y como crearlos para las batallas. - Kaito no ponía atención, solo miraba las cenizas de su dibujo triste.

- ¡Marionetta! - el profesor tomo posesión de Kaito. - Pon atención alguna vez, esto te servirá para futuras batallas. ¿Pondrás atención a la clase?

- Solo si me devuelve el dibujo. - respondió el chico.

- OK. Tú traerás el dibujo de vuelta, eres de Magia Temporal, ¿no? - manifestó Keiichi.

- Si… - respondió el muchacho.

- Entonces, te será fácil, harás un nuevo hechizo. - dijo sonriendo.

- ¿Y cómo? - pregunto Kaito.

- A eso voy, visualizaras la energía en tu mano y cuando creas tener lo necesario, visualizaras como se reparará el dibujo. - respondió el profesor.

- OK. - dijo el muchacho. Primero visualizo su energía, esta era azul cielo, y sentía como corría por su cuerpo hasta su mano. Reunió lo necesario y luego visualizo como repararlo.

- Ahora, pronuncia el hechizo, es como una orden en forma de nombre, puede ser palabras de cualquier idioma e incluso mesclar los idiomas. El hechizo solo funcionaras, si das una orden fuerte y claro. - menciono el profesor.

- ¡Reverse Tempo! - pronuncio Kaito. Debajo de las cenizas apareció un círculo mágico con el símbolo de unos engranajes, acto siguiente, las cenizas comenzaron arder, era como si todo lo que paso con el dibujo retrocediera en el tiempo, el dibujo estaba tal y como estaba antes de que Haruka lo quemase.

- Muy bien, Kaito, aprendiste a crear un hechizo de tu propio estilo. Bien, es todo por ahora.

Tocaron para ir al almuerzo, la misma escena del día anterior, Kaito, Haruka, Haru y Sire estaban sentados juntos, esta vez era almuerzo al aire libre, lo raro era que a unos metros estaba Dion almorzando solo, como observándolos de reojo. De pronto, se comenzó a nublar gradualmente, un fuerte viento venia del noreste, los chicos entraron a la academia y desde ahí estaban viendo lo que estaba pasando. Comenzó a granizar, lo cual era improbable que eso sucediera ya que era verano aun, luego se formo un tornado pequeño más o menos de la estatura de cualquier persona presente, y cuando se disipo, en el lugar del pequeño tornado estaba alguien, su apariencia era similar a la de la de una arpía, solo que este era hombre .

- Vaya, así que así que aquí vienen, ¿no? No me parece tan mal - digo el sujeto.

- ¿Quién eres? - grito uno de los profesores.

- Yo soy Cecias, uno de los Anemoi Thuellai, el Dios del Viento del Noreste. - respondió.

- No sé a qué ha venido, pero le voy a pedir, en el nombre de los profesores, que vaya de aquí. - grito de nuevo.

- Me temo que es imposible - dijo el Dios. Formo unos látigos de viento y azoto a los profesores, dejándolos contra la pared. Solo Keiichi se salvo y comenzó a proteger a los alumnos.

- ¡Todos quédense en la sala y no salgan! - Ordena Keiichi y se va al campo de batalla.

Todos veían como peleaban los profesores con el Dios del Viento del Noreste, todos y cada uno daban lo mejor de sí, pero el resultado siempre era el mismo, todos los profesores eran azotados por los largos látigos de viento que poseía. Era prácticamente una masacre, hasta que Kaito se levanta.

- ¡Ya me harte de esta estupidez! - dijo el muchacho. Se fue corriendo a fuera.

- ¡Espera, Kaito! - grito Sire corriendo tras de él. Haruka se fue corriendo a donde estaba la acción y Dion, sin decir algo, los siguió.

Llegaron al lugar, el escenario constaba de árboles caídos, profesores inconscientes, y un Dios enfurecido al medio con unos largos látigos de viento.

- ¿Quién eres? - pregunto el Anemoi.

- Yo soy Kaito, hijo del Tiempo, ¡y te detendré sin importar que! - respondió con valor el muchacho.

- Déjalo ya, Kaito, volvamos, los profesores ya se encargaran de él. - replico Sire.

- ¿Quiénes, los que están inconscientes? - pregunto sarcástico Kaito.

- Muy valiente, muchacho, a ver si puedes. - desafío el Dios.

Estaba a punto de pegarle con uno de los látigos cuando Kaito, recordando todo lo que aprendió en las clases, detuvo el tiempo momentáneamente. Corrió hacia él y le golpeo al Anemoi con todas sus fuerzas, logro derribarlo, pero el tiempo volvió a la normalidad.

- No está mal, no está mal. Te subestime, pero no mas juegos. - dijo Cecias.

Ataco a los chicos, esta vez era más rápido de lo que era antes, pero afortunadamente pudieron esquivarlo. Sire formo látigos de agua, y trataba de atacar al Dios del Viento, pero este era más rápido que ella. Kaito detuvo otra vez el tiempo para hacer otro ataque, y lo logro, esta vez el hechizo duro un poco más, lo que le llevo a golpearle tantas veces como quisiera. Cuando el hechizo por fin se disipo, Kaito lo iba a atacar de nuevo, estaba muy confiado, pero Cecias lo ataco con el látigo y lo derribo en pleno aire.

- Acabare contigo de una vez por todas. - dijo el Anemoi furioso. Lo iba a rematar con sus látigos pero cuando le iba a llegar el ataque, apareció Dion de la nada y lo defendió del latigazo con una espada hecha de viento que el mismo formo.

- Dion… - dijo Kaito sorprendido.

- Así que tú también usas magia de Viento, debes ser un hijo de Dios del Viento, y a juzgar por tu cara, eres hijo de Noto. ¿Cómo te tratan los humanos? De seguro que te desprecian por los pecados de tu padre. - dijo Cecias.

- Si… me odian, me desprecian, pero solo uno me defendió y quiso ser mi amigo. Y no dejare que lo lastimes - dijo Dion con coraje.

Ataco Dion con fuerza pero fallo, luego Cecias ataco con sus látigos pero el hijo de Noto se defendió con su espada, ataco Dion una vez más, esta vez logro darle pero no era suficiente. Ataco una vez más, Cecias lo esquivo pero se tambaleo, quedando indefenso.

- Te lo diré una sola vez, vete de aquí, no vuelvas y no te matare. - amenazo Dion.

- Todavía no puedo irme con las manos vacías, necesito cumplir mi misión. - respondió el Dios.

- ¿Y cuál es tu misión? - pregunto el hijo del Viento del sur.

No respondió, en vez de eso, ataco a Dion, con el látigo que aun tenía en la mano, tratando de asfixiarlo, pero Dion con la espada de viento le corta las manos y le da una estocada al pecho de Cecias. Era su fin. Los chicos corrieron a donde estaba Dion y un fallecido Cecias.

- ¿Estás bien? - pregunto Kaito.

- Si, yo estoy bien, ¿y tú? - respondió Dion.

- Si, todos gracias a ti - le dijo sonriendo.

Volvieron a la sala, con Keiichi cojeando, y cuando vieron a Dion, todos gritaron de alegría, y decían: “Héroe, Héroe, Héroe”, Dion se sorprendía de todo eso, era algo que él no se lo esperaba, miro a Kaito y le sonrió.

- ¿Amigos? - dijo tendiéndole la mano. Dion mira a su alrededor, estaban todos mirando expectantes de lo que sucedía.

- Amigos. - le dio su mano.

Todos estaban alegres, celebrando su victoria, y la nueva amistad, pero lo que no sabían era que en las afueras de las tierras de la academia, tres siluetas estaban observando la fiesta que celebraban. Y estaban esperando, impacientes por órdenes.

--- Fin del episodio ---

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