viernes, 29 de octubre de 2010

Terror Psicologico

Aqui les dejo un poema que me dejo un poco aterrorizado despues de escribir... eso si que es terror psicologico...

Fabhian 

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"El terror psicológico que tengo cada día,
Las imágenes de mi pasado oscuro,
Atormentado por mis pecados,
Con un terror que no se lo doy ni a mi peor enemigo.

Duermo intranquilo
Por la pesadilla que veo cada día,
Es un sufrimiento recordarla
Recordar los días que estuve con ella…

Un terror inimaginable,
Un temor que vive siempre en mis ojos rojos.
Un terror inaguantable
Un terror… que tendré que vivir con el por el resto de mis días."

jueves, 28 de octubre de 2010

Perdida de sentido

Aqui un poema/pensamiento breve para ustedes, mas de alguna ves se habran dicho estas palabras...

Fabhian

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Pérdida de sentido

"¿Cómo escribir cuando sientes nada?
¿Cuándo no sientes tacto?
¿Cuándo no sientes gusto?
¿Cuándo no ves lo que todos ven?
¿Cuándo no hueles el aroma de una flor?
¿Cuándo no oyes lo que dicen?

¿Estás muerto por dentro?
¿O es que apenas es el comienzo de una muerte lenta?"

miércoles, 27 de octubre de 2010

Agonía

Aqui les dejo un nuevo poema, asi que espero que les guste...

Fabhian

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Agonía

"Sentir que la vida se me escapa
Por la herida de una bala
Y ver tus ojos verdes
Viendo como muero.

Este sufrimiento de verte
Llorando en mis hombros
Llorando por que deje este mundo
Para por fin descansar en paz.

Miro,
Como  mis pies dejan de sentir la sangre en el piso
Y observo como aquella chica llora.

La intento consolar,
Pero es inútil,
La agonía ya la ha invadido.

La agonía de ver como un ser amado… muere."

Una nueva semana

Hola, esta es una nueva semana, y por fin puedo actualizar el blog, agregar nuevas cosas que he hecho ultimamente, y mas o menos a fin de semana habra un nuevo capitulo de la novela, asi que, bueno primero que todo muchas gracias a los que leen este blog y los invito a que sigan leyendo. Y los que quieren hacen publicidad lo que quieran, cualquier cosa es bienvenido. Eso es todo por el momento. Muchas gracias.

Fabhian

miércoles, 20 de octubre de 2010

El valor de un Dios: Capítulo II-II: Las Hermanas del Averno. Parte 2

 Nadie sabía dónde estaba la chica, y Yuki, como hermana, su deber era encontrarla costara lo que costara, ella corría por toda la academia en busca de Meiko, miraba por todos lados pero aun así no lograba encontrarla por ninguna parte. En algún lugar de la academia se encuentra con Sire, esta intento saludarla pero Yuki la aparto.
- ¿Qué pasa, Yuki? - pregunto la hija de Poseidón a la chica del averno y esta suspiro.
- ¿Qué es lo que quieres? No tengo tiempo. - contesto Yuki fría y distante.
- ¿Por qué? ¿Paso algo? Yo te podría ayudar. - sugirió la chica de pelo azul, tan azul como el mar. Yuki pensó un poco hasta que por fin dijo.
- De acuerdo… pero… no, mejor olvídalo.
- ¡Vamos! ¿Qué pasa, te puedo ayudar en algo? - pregunto Sire.
- Ok, necesito que busques a Meiko, tengo un mal presentimiento.
- ¿Qué paso con Meiko? ¿Desapareció?
- Solo busquémosla. - al terminar de decir eso, Yuki salió corriendo en busca de su querida hermanita, Sire corría por el lado contrario, para cubrir más terreno.
Ninguna de las dos encontró a la chica de cabello rosa, y en el camino de Sire se topó con Kaito y con un Dion triste.
- ¿Qué pasa, Sire? Te ves algo agitada - pregunto Kaito.
- ¡Es Meiko! ¡Yuki no la encuentra! - respondió la chica de los ojos azules.
- ¡¿Qué?! ¡La buscaremos! - grito Kaito. De pronto apareció una mariposa de resplandor dorado que se posa en el hombro de Dion, y luego salió volando hacia el bosque de la academia. Dion al ver eso, dijo:
- Síganme, tengo un presentimiento, Sire, llama a Haruka y a las demás te dejare un rastro para que nos alcances.
- ¡De acuerdo! - dijo Sire al salir corriendo.
En otro lugar de la academia, Yuki estaba revisando cada sala del establecimiento, hasta debajo de las mesas, pero nada, no la veía por ningún lado. De repente encuentra a Sire.
- ¡Yuki! - grito la chica del mar.
- ¿Qué pasa, la encontraron? - pregunto la chica del infierno.
- Creo que si, Dion tiene una corazonada.
- ¿Dion? Ese idiota…
De pronto, Yuki escucho la voz de su padre Hades, el rey del Inframundo, llamándola para que hiciera sus mandatos.
- Yuki, ven aquí en este momento.
- ¿Por qué en este momento? - pregunto enojada.
- Ahora… - dijo Hades con voz autoritaria.
- ¡Ven, vamos a alcanzarlos! - interrumpió la conversación interna entre padre e hija.
- Sire… yo… no podre ir.
- ¡¿Qué dices?! ¡Tu hermana te necesita!
- Por favor… encuéntrenla…
La chica desapareció en un remolino de plumas negras, mientras tanto, Sire se va donde esta Meiko siguiendo las flechas que Dion iba dejando en el bosque y en las entrañas del bosque había un escondite donde estaba la joven Meiko, era una casa. Esta despertó y vio que adentro solo había paredes de concreto, una mesa vieja, y un sujeto mitad hombre mitad ave, tenía plumas desde la muñeca hasta el hombro y las alas de un mismo plumaje en la espalda.
La chica recién despertando y perdida en la orientación, miraba al sujeto.
- ¿Dónde… dónde estoy? - pregunto la chica.
El sujeto estaba viendo por una ventana que estaba de tras de la chica, estaba entablada, el sujeto no había puesto atención a la chica, estaba hundido en su propia satisfacción, sonriendo, como queriendo cantar victoria anticipadamente.
- Esos chicos se están acercando, sin saber que se acercan a su perdición…  por fin podremos aniquilar al hijo del tiempo y al chico que mato a nuestro compañero, el hijo de Notos… - susurraba el hombre.
- ¿Tu… quien eres? - pregunto Meiko confundida - ¿Qué quieres de mí? ¿Matar? ¿Notos…? ¡Dion!
- Silencio niña o te matare… - la amenazo con una espada de aire.
- No, por favor… no lo hagas - respondió asustada.
El sujeto se volteo a la ventana en busca de que apareciera alguno de los chicos.
- Eso es, Kentaro Kaito…. ¡Eso es! Fujishima Dion, vengan aquí. El señor Tifón me recompensara con sus muertes en mis manos - murmuro soltando una risa maléficamente.
La chica miraba al hombre con rabia, y comenzó a escuchar una voz dentro de su cabeza, como ordenándole a hacer cosas que ella no quería.
- Mátalo… - susurraba la voz.
- No… - decía la chica
- Hazlo…
- Detente…
- Mátalo o tu amigo morirá…
- ¡¡No!!
- ¡Silencio dije! - grito el sujeto golpeando el suelo con su espada, y salió a esperar a los chicos.
Kaito y Dion se detuvieron viendo que la mariposa se posaba en aquella casa, y frente a ella estaba un sujeto con una forma muy rara. De pronto escucharon la voz de la chica, parecía que estaba cerca y formaba un eco en el bosque.
- ¡No se acerquen!
- ¿Dónde está? - pregunto Kaito mirando por todos lados.
- Esta conmigo, si quieren, pueden ir a rescatarla. - dijo el sujeto
- ¡No! - grito Meiko.
- ¡No te muevas, Kaito es una trampa! El es un Anemoi Thuellai - advirtió Dion.
- Bien, descubriste mi trampa, y también quien soy, muy inteligente… Yo soy Apeliotes, Dios del viento del Sureste. - se presentó el sujeto.
- ¡Es uno de ellos! - dijo el hijo del tiempo sorprendido.
- ¡Como los practicamos, Kaito!
- ¡Sí!
Dion hace su primer ataque frontal con su espada de Aire, pero Apeliotes lo esquiva y le corta con las garras en el brazo izquierdo, luego lo intenta de nuevo y a unos segundos de que Kaito congelara el tiempo, Dion se libera de ese hechizo y ambos atacan todo lo que pueden hasta que el hechizo se disipa y estos retroceden. Meiko, presenciando la pelea, comienza a gritar:
- ¡Deténganse, por favor, deténganse!
La chica del averno comenzó a cambiar su forma, su cabello de color rosa comenzó a oscurecerse, y sus ojos se tornaron rojos y opacos. En la transformación llegan Sire, Haru y Haruka, y al ver Dion lo que pasaba con Meiko quiso rescatarla.
- ¡Oye, Dion! ¡Llegamos! - dijo Sire.
- ¡Perfecto, distráiganlo! ¡Yo rescatare a Meiko! - respondió Dion. Dion corre en busca de Meiko, entra a la casa y la encuentra en plena transformación, con alas escamosas de dragón, los ojos rojos de un demonio, y el pelo largo y negro, apenas tenía brillo en sus ojos y tenía un aura negra.
- ¡Meiko! - gritó Dion
- No te acerques - musito la chica.
- Meiko…
- No te acerques, Dion… no quiero… - Dion le interrumpió con un abrazo, la niña se sorprendió y volvió a su forma original.
- Dion…
- Meiko… gracias a dios que estas bien - dijo el chico llorando.
- Dion… - Meiko hizo una leve sonrisa antes de desmayarse.
Mientras tanto,  Kaito, Haruka, Sire y Haru, intentan pelear con Apeliotes, logrando pocos resultados, Kaito detiene el tiempo y lo golpea tanto como el hechizo puede resistir. Haru y Sire atacan con sus látigos de agua mientras que Haruka ataca con flechas de fuego.
- Estas cosas no surten efecto, si seguimos así, nos matara - dijo Kaito.
- ¿Y cómo quieres que ganemos? - preguntó Sire.
- ¿Es que no pusieron atención en clases? Para vencer a alguien de elemento Aire uno debe ser de elemento Tierra. - responde Haruka
 - ¿Alguien de Tierra?, pero si no hay nadie de Tierra… - manifiesta el hijo del tiempo. Kaito, del cansancio, se arrodilla tocando con la mano el suelo, este sintió la necesidad y el deseo de vencer al Dios del Viento del Sureste, y de la tierra se forma una espada.
- Que oportuno… - dijo Kaito, el muchacho toma la espada y se levanta.
- ¡Muy bien, chicas, traten de inmovilizarlo! - ordenó el muchacho con valor en sus ojos. Haru y Sire tomaron sus manos con sus látigos de agua para que no los pudiera usar, y Haruka disparo dos flechas de fuego en las patas de ave de Apeliotes para que se arrodillara, Kaito corrió por atrás del Dios y congelo el tiempo para asegurarse que este no se moviera, tomo vuelo y le inserto la espada por la espalda del hombre ave a la altura del corazón. El hechizo se disolvió y las chicas lo soltaron, haciendo que esta cayera tendido, ensangrentado por la herida de lado a lado provocado por la espada de Kaito.  Luego de un rato llego Yuki y apareció Dion con Meiko en sus brazos, desmayada.
- Vaya, lo lograste… bien hecho. - dijo Dion, frio aunque con una sonrisa en su cara como felicitando de verdad a Kaito.
- ¡Ja, puedo vencer a cualquiera! - respondió con una sonrisa.
- ¡Meiko! - grita Yuki corriendo a donde está su querida hermana - ¿Cómo esta…?
- Se ha desmayado - contestó Dion. Yuki hizo un poco de silencio.
- A la próxima debes tener cuidado… - habló la rubia sin quitar los ojos de  Meiko.
- Tal vez… pero si no la calmaba, se hubiera convertido en una tragedia.
Yuki abrió la camisa de Meiko, y en su pecho se hallaba la marca de un dragón.
- Su sello se ha debilitado… no debería exponerse en batallas así… aun no esta lista.
-  Debemos volver a la academia…
- ¡Espera, Dion…! Necesito hablar contigo…
- Ok… ¡Kaito! ¡Llévate a Meiko a la academia!
- Si, capitán. - respondió Kaito con sarcasmo.
- Espera, yo llevare a Meiko después. - dijo Yuki
- Ok. - respondió el muchacho dejando a la chica en el suelo y yéndose con las chicas a la academia.
- Dion… - levanta la rubia a su hermana y se la entrega a Dion. - necesito que a cuides… ella confía en ti… y yo… también… confió en que no la dejaras sola y que la cuidaras mejor que yo.
- La cuidare… como mi tesoro. - contestó Dion algo sonrojado.
- Como sea… ella te ha elegido a ti, como su protectora… yo ya no sirvo. - la mirada de Yuki parecía triste, no quería dársela, pero sentía que era algo que debía hacer.
- Pero tienes que saber que ella… es mi hermana.
- Lo sé, Keiichi nos lo dijo… ¿tú eres la hija pura del rey Hades no?
- Si… aunque ella no lo sabe… y es mejor así… no quiero que pase por lo que lo pase.
- El secreto está a salvo.
- Mas vale, por eso no hay que exponerla a batallas... ni a nada que demuestre violencia… o su yo interno despertara… Meiko aun no la puede controlar… por eso selle con la “Marca de dragón” en su pecho… no durara mucho… pero será suficiente para que ella madure.
- De acuerdo. Kaito y los demás se pueden encargar de las batallas, yo cuidare de Meiko.
- Cuídala… y si pregunta por mí… dile que fue a una misión. - Yuki se despide y desaparece.
Ya en la academia, Keiichi los estaba esperando, en la entrada preocupado, porque no aparecían. Entraron a sus salas y comenzó a regañar a Kaito, Haruka, Sire y Haru, quienes eran los únicos presentes ahí.
- ¡Estuvieron toda la tarde desaparecidos! - gritó Keiichi.
- No es para tanto… - contestó Haruka.
- ¡¿No es para tanto?! ¡Claro que sí lo es! ¡Yo soy el responsable de ustedes! ¡¿Y donde esta Meiko, Dion y Yuki?!
- Yuki, está haciendo cosas para su padre y Dion y Meiko están… - respondió Kaito.
Mientras tanto, en la enfermería, Dion miraba el atardecer por la ventana, mientras cuidaba a Meiko, después de unos minutos la chica despertó.
- Dion…  ¿tú qué haces aquí? ¿Y Yuki? - pregunto Meiko, y al nombrar a su hermana bajo la cabeza.
- Ella se fue hacer una misión… pero se alegró al saber que estabas bien. - contestó el chico, sonriendo.
- ¿De verdad?
-  Si.
- Oh, ya veo. - sonrió la chica, pero al ver las vendas en su brazo, le cambio la cara. - ¿Te duele…?
- No… - el muchacho se mira el brazo - ni me di cuenta de la herida hasta que llegamos.
- Lo siento, Dion… te hice pasar un mal rato… - se entristeció y se acerco a Dion.
- No te preocupes.
- Lo siento… - lo abraza.
- Lo importante es que estas bien - Dion besa a Meiko en la mejilla, sonrojado, la chica se acurruca en sus brazos.
- Hueles bien… - dijo Meiko.
- Tu también… - respondió Dion algo nervioso pero controlado, la chica del cabello rosa lo mira y le sonríe.
- ¿Quieres ser mi amigo? - pregunto la chica
- Si - respondió el hijo de Notos, gentil y sonriente.
- Gracias - dijo al final Meiko, sonriendo y a los segundos después se quedo dormida. Mientras este mirándola por unos segundos, se pregunto cómo será su vida desde ese momento,  y disfruto de los últimos minutos del atardecer.

--------- Fin del Capitulo ------------